Empatía

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Cuando estás con alguien que está pasando por una situación complicada o ha tenido un mal día por algún motivo puntual, ¿qué palabras utilizas para que se sienta mejor? Te explico en este artículo la delgada línea que hay entre la compasión y la empatía según cómo usemos nuestro lenguaje, pese a ser conceptos muy distantes.

“Siento mucho lo que te está pasando”

La compasión sitúa a la persona que compadece por encima del otro. “Te compadezco” es la forma suave de decir “me das pena”, aunque se diga con cariño y en el sentido de que sentimos pena por su sufrimiento. PENA. SENTIR LÁSTIMA. Compadecerse no va más allá.

“Comprendo cómo te sientes”

La empatía, en cambio, se da cuando COMPRENDEMOS las emociones de otrxs y podemos ponernos en su piel, sentir en cierta manera lo que siente él/ella. Además, en el caso de las emociones negativas o perturbadoras, la persona empática prestará ayuda o apoyo si lo considera necesario y la otra persona lo acepta.

 

Soy consciente de que muchas veces utilizamos frases como “lo siento mucho” (que se acerca más a la compasión que a la empatía) incluso aunque realmente estemos empatizando. Socialmente hemos aprendido que esa es una forma de acompañar emocionalmente a otras personas. Sin embargo, a todxs nos vendría bien empezar a cuidar lo que decimos para transmitir lo que realmente queremos transmitir. Hay una gran diferencia entre “lo siento por ti, lo que estás pasando es horrible” y “puedo comprender cómo te sientes y me duele verte así”. La segunda opción te acerca más emocionalmente a la otra persona. ¿Con cuál de las dos expresiones te sentirías mejor entendidx y acompañadx? Reflexiona un momento.

Un ejemplo para entender mejor la empatía: un día llegas a casa agotadx mentalmente porque has tenido un problema en el trabajo y tu pareja se da cuenta nada más ver la expresión de tu cara. En este punto, tu pareja se ha dado cuenta de cómo te sientes y pueden pasar dos cosas:

  1. Que empatice contigo, comprendiendo tu emoción, y trate de acompañarte en el proceso para mejorar ese estado en el que te encuentras.
  2. Que se limite a alimentar las emociones negativas o perturbadoras con comentarios como “¿otra vez llegas con esa cara? Siempre estás igual, ¿por qué no haces algo ya?”

Como puedes ver, a veces no es cuestión sólo de comprender las emociones, sino de saber cómo actuar ante ellas para servir de apoyo a la otra persona.

Aquí tienes algunas consideraciones para desarrollar una buena empatía:

  • No juzgar.
  • No comparar tus propias experiencias con lo que está viviendo la otra persona.
  • No opinar ni dar consejos o soluciones si la otra persona no lo ha pedido. Si quieres hacerlo, pregunta primero si quiere escucharlo.
  • No decirle lo que tiene que hacer.

Teniendo todo esto en cuenta, te dejo también algunos ejercicios para estimular la empatía:

  1. Ponte alguna película en alguna plataforma que te permita retroceder para volver a repetir escenas. Silencia la televisión en algún momento en que haya un diálogo y trata de ver las emociones de los actores o actrices sólo observando sus gestos. Para comprobar si has acertado, repite la escena con sonido.
  2. En casa, con tu pareja, puedes hacer el mismo ejercicio observando sus gestos a lo largo del día aunque no estéis manteniendo una conversación. Cuando creas que has detectado alguna emoción (preocupación, miedo, ansiedad, tristeza, alegría, gratitud…) puedes preguntarle para comprobar si estás en lo cierto.
  3. Escribe detalles sobre una persona que no te guste, no te caiga bien, te produzca rechazo. Ponte en el lugar de esa persona y trata de sentir como siente él/ella, sin juzgar, viendo el mundo tal como crees que lo verá él/ella. Piensa en cómo se siente al hacer las cosas como las hace y por qué lo hace así. ¿Cuáles pueden ser sus motivaciones o sus objetivos? Cuando tengas esto, piensa en un comportamiento negativo o desagradable que hayas tenido tú hacia esa persona. Como ya has podido ponerte en su piel, piensa en qué pensó la otra persona, qué sintió, qué impacto tuvo sobre él/ella tu comportamiento. Y aún más, ¿qué pensó de ti?