Cuando lo que te gusta es «raro»

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Muchas veces existe algo de temor al hablar de parafilias porque socialmente se entiende que son conductas sexuales que pueden ser bastante peligrosas. De hecho, en casos graves puede ser así.

Las parafilias hacen referencia a todas aquellas conductas sexuales que quedan desviadas de la norma y que tienen una dependencia absoluta de algún objeto o conducta para lograr la excitación. Por ejemplo:

La pedofilia o paidofilia es la excitación sexual hacia niños/as menores.

El voyeurismo  es la excitación o la preferencia por masturbarse a escondidas mientras se observa a otra persona realizando alguna actividad sexual.

El exhibicionismo es la excitación por enseñar los genitales a desconocidos de manera sorpresiva, generalmente en espacios públicos.

Hablamos de sadismo cuando la excitación se genera a partir del sufrimiento físico o psíquico de la víctima (bofetadas, quemaduras, insultos, etc.).

El masoquismo se refiere a la excitación por el propio sufrimiento físico, proporcionado por la pareja, a quien se le piden expresamente golpes, latigazos, etc.

El frotteurismo se da sobre todo en espacios con grandes aglomeraciones de gente (transporte público o eventos multitudinarios, por ejemplo) y hace referencia a la excitación por el contacto de los propios genitales con personas desconocidas.

El fetichismo es la excitación sexual al ver o manipular ciertos objetos o partes del cuerpo.

¡Sorpresa! Sí, el fetichismo es una parafilia. Y no, no tienes ningún trastorno mental por el simple hecho de que te ponga a tono la lencería roja, los zapatos de tacón, los pies, las orejas, los tatuajes, los pendientes largos, las prendas de seda o de cuero, el pelo largo suelto o cualquier cosa que se te ocurra. No necesitas ayuda si te gusta que te venden los ojos y te pongan unas esposas o si te gusta que la otra persona te dé órdenes de lo que tienes que hacer (y lo haces porque quieres sabiendo que te puedes negar). Tampoco necesitas ayuda si en el último concierto al que fuiste rozaste sin querer a alguien y te excitaste un poco. Por poner algunos ejemplos.

Aquí te dejo una pequeña lista de algunas parafilias. ¡Quizás hasta te sorprendas a ti mismo/a!

Olfactofilia: excitación por ciertos olores corporales, por ejemplo las secreciones vaginales.

Stigmatofilia: excitación por tatuajes.

Pictofilia: excitación por ver pornografía.

Mixofilia: excitación por verse a uno/a mismo/a o a su pareja manteniendo relaciones sexuales.

Tripsofilia: excitación al ser masajeado/a o hacerse lavar el pelo.

Telefonicofilia: excitación por conversaciones picantes por teléfono.

Autagonistofilia: excitación por saberse observado/a desnudo/a.

Quédate tranquilo/a si te ves reflejado/a en alguna de estas prácticas y sigue disfrutando de ellas mientras lo hagas de una manera sana. La sexualidad es muy amplia y abarca más cosas de las que creemos o de las que reconoceríamos ante otros por miedo a que nos vean como unos/as raros/as o  por vergüenza. Pero lo cierto es que todo esto es más común de lo que se piensa.

Está recomendada la intervención de un profesional para los casos en los que estas preferencias limiten tu vida sexual (que sea totalmente necesario para conseguir excitarte), interfieran en tu vida diaria y/o supongan un riesgo para ti o para otras personas.

Si puedes llevar una vida normal y tus preferencias no te causan ningún problema (a ti o a otras personas) no necesitas ayuda.

Si quieres conocer otras parafilias y echarte unas risas te recomiendo ver la película «Kiki, el amor se hace».