Anatomía sexual masculina

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Los órganos sexuales masculinos, igual que los femeninos, reciben muchos nombres y sus partes puedes estar sujetas a confusión.

La anatomía sexual masculina divide sus órganos en internos y externos. Los internos son la próstata, las glándulas de Cowper y los conductos que las unen.

Los externos son más conocidos: el pene, el escroto y los testículos. El pene está compuesto por el glande y el prepucio. El prepucio es la piel que protege el glande y es retráctil durante la erección. Es la piel que sube y baja durante la masturbación o la penetración. Sólo la piel. A veces, haciendo una generalización errónea, se le llama prepucio también al glande, pero el glande es sólo “la punta” del pene y si éste no está en erección, queda cubierto por el prepucio. Aquí lo puedes ver:

Aunque todo el pene es muy sensible a la estimulación táctil y a la temperatura, el glande se lleva la palma, ya que es donde se concentran más terminaciones nerviosas. También son especialmente sensibles la corona del glande (borde que une el glande al eje del pene) y la zona del frenillo.

El escroto y los testículos son dos que a veces también se confunden. La diferenciación es sencilla: el escroto es una bolsa que contiene vello, cuelga debajo del pene y contiene en su interior los testículos (dos bolas en forma de huevo que producen hormonas y espermatozoides). Es decir, el escroto es lo que vemos desde fuera, mientras que los testículos no pueden apreciarse. La función del escroto es garantizar la temperatura óptima de los testículos para la conservación del esperma. Este es el motivo por el que cuando hace frío, por ejemplo, los testículos “se suben” intentando acercarse al cuerpo para mantenerse en su temperatura ideal.

A pesar de que los testículos son una zona muy sensible, para algunas personas su estimulación puede resultar muy placentera mientras que para otras muy molesta. Ocurre algo parecido con la próstata (punto P), que se estimula a través del ano: algunos hombres sienten mucho placer con el sexo anal (sean homosexuales o no) mientras que para otros puede ser muy incómodo que se les introduzca algo por el ano, ya sea por algún motivo personal (por ejemplo que no le llame especialmente la atención o le de miedo o aprensión) o por estereotipos sociales. Si eres hombre, no dudes en decirle a tu pareja sexual qué te gusta y cómo te gusta. Y, por supuesto, cuando estés a solas, no dejes de explorar para descubrir nuevas sensaciones a través de todo tu sexo.