Anatomía sexual femenina

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp

Hay un factor muy importante para el disfrute de una sexualidad plena, y es el conocimiento de la propia anatomía sexual y, si tienes pareja, también de la suya.

Por no entrar en detalles demasiado técnicos que quizás ahora no te interesen mucho, lo resumiré brevemente: los órganos sexuales femeninos se dividen en internos y externos (la vulva). Sí, LA VULVA. ¿Por qué no nos acostumbramos a llamarla así? VULVA, esa que es fuente de placer digan lo que digan los mitos. Las mujeres estamos de suerte: ¡no todo es la vagina!

En la vulva encontrarás lo siguiente: monte de venus, labios mayores y menores, el clítoris y el perineo. Así es ella:

Así como el monte de Venus es fácil de localizar, generalmente existe bastante confusión entre labios mayores y menores. Quizás esto te ayude: a) Los mayores son externos y los menores internos. b) Los mayores o externos tienen vello púbico, los menores o internos no.

Tanto el monte de venus como los labios son zonas muy sensibles cuya estimulación puede generar mucho placer. De hecho, prestar atención a estas partes antes de acceder a zonas más sensibles puede llegar a ser muy excitante. Sin embargo, el clítoris es quien se lleva el premio. Es la parte más sensible de la anatomía sexual femenina y, de hecho, es el único órgano que tiene la función exclusiva de dar placer. Es decir, no sirve para nada más!

Por último, el periné suele ser el gran olvidado, pero en algunas personas su estimulación puede ser una fuente de placer.

Con respecto a los órganos sexuales internos, están compuestos por la vagina, las trompas de falopio, el útero y los ovarios. La función de los ovarios es producir hormonas y madurar y expulsar los óvulos, que van a las trompas de Falopio, lugar en el que se puede encontrar con algún espermatozoide y ser fecundado. Por su parte, el útero es quien acoge y protege al feto durante la gestación. La vagina es el canal de comunicación entre el útero y el exterior. Y aquí viene un dato importante: los dos tercios más internos de la vagina tienen sensibilidad muy reducida, a diferencia de la abertura, donde hay muchas terminaciones nerviosas.

CONCLUSIÓN: en tus relaciones íntimas presta mucha atención a la vulva, no sólo a la vagina. En la mayoría de los casos la penetración por sí sola no producirá tanto placer como si va acompañada de estimulación del clítoris, aunque cada mujer es distinta y lo que para unas pasa desapercibido para otras puede ser la clave para llegar al orgasmo. Como siempre la comunicación es clave, como también lo es disfrutar de lo que tienes entre manos. No lo hagas mecánicamente. ¡¡Gózalo!! Eso también se transmite.