Comunicación y pareja

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La comunicación es clave en todos los aspectos de nuestra vida, sin dejar fuera las relaciones de pareja. Cómo hablamos y qué decimos son aspectos sumamente importantes que influyen de manera directa en la resolución de conflictos. Cuando hablamos a gritos y/o diciendo cosas hirientes o echando la culpa a la otra parte, estamos favoreciendo un ambiente entre ambos que no va a propiciar nada positivo. Y sin embargo, lo que se esconde detrás de esos gritos y palabras malsonantes no es más que la intención de solucionar un problema. Pero el problema viene cuando esa forma de hablar se convierte en otro problema añadido.

Te dejo aquí una relación de aspectos a tener en cuenta a la hora de afrontar situaciones en las que tenemos que decir que algo no nos gusta:

  • No esperes a que una gota colme el vaso: llegado ese punto se hace más complicado solucionarlo todo. Cuando algo no te guste estás en tu derecho de decirlo. Trabajar la asertividad nos ayuda a poder decir todas esas pequeñas cosas del día a día que necesitamos sacar de adentro para que no hagan raíces y acaben, efectivamente, siendo un problema gordo.

 

  • Busca el momento y el lugar adecuados: si estáis con familiares o amigos o en algún lugar donde no podéis guardar un mínimo de intimidad, quizás no sea buen momento para empezar a hablar. Ten en cuenta también tus propias emociones: si estáis en casa pero crees que no te va a ser fácil hablar con calma, es mejor dejarlo para otro momento en que puedas controlar eso.

 

  • Habla de tus emociones: no te dediques a atacar, echarle la culpa, recriminarle cosas o sacar trapos sucios porque esto no te ayudará a solucionar nada (todo lo contrario). Háblale de cómo te sientes cuando hace o dice eso que no te gusta. A veces es más cómodo decir “es que tú…” o “esto es por tu culpa”, pero no es nada eficaz para solucionar problemas. Deja de hablar de él/ella y habla más de ti.

 

  • Escucha y observa: no te limites a oír qué te está diciendo sin más y a dejarte llevar por su tono de voz. Intenta buscar qué hay detrás de sus palabras y de su comunicación no verbal.

 

  • Propón soluciones: y pídele también que te ayude a pensar en otras alternativas. No te cierres en dar vueltas sobre el problema. Los problemas requieren soluciones. Propón alguna solución, escucha sus propuestas y llegad a un acuerdo en el que los dos os sintáis más o menos a gusto.

 

  • ¿Cuántas veces se lo has dicho ya?: es más, ¿qué te hace pensar que después de habérselo repetido tanto esta vez sí te hará caso? Decírselo muchas veces parece ser que no funciona. Quizás no lo estés pidiendo de la forma adecuada o quizás tengas que empezar a valorar hasta qué punto eso que estás pidiendo es importante para ti o hasta qué punto podrías seguir con esa persona si eso que le pides tanto no cambia.

 

  • No es “a ver quién gana”: sois un equipo, no lo olvidéis. Los dos queréis lo mismo y es encontrar una solución.

 

No siempre es fácil cumplir con todo esto, pero intentar tenerlo en cuenta te ayudará a que las cosas no se compliquen más cuando tengáis que hablar de algo más o menos delicado. Cuidar la comunicación es cuidar también la relación de pareja y fortalecer la confianza. Comparte esto con tu pareja para que también pueda empezar a ponerlo en práctica y os sea un poco más fácil.

Si estáis en un punto de no retorno porque no os ha dado resultados lo que habéis intentado para solucionar vuestros problemas, hacer terapia de pareja podría ser un buen comienzo.