Preliminar: “Que antecede o precede a una acción u otra cosa”, sobreentendiéndose muchas veces que esa acción es lo importante y lo de antes sólo una fase preparatoria o introductoria. En el sexo el coito o penetración serían el objetivo y los preliminares serían todo aquello que sirve como camino para llegar a esa meta (nunca mejor dicho).
La penetración puede ser muy placentera. Pero, ¿la finalidad de un encuentro sexual no es el placer en sí mismo? El placer también está en las caricias, el sexo oral o la masturbación. ¿Por qué le damos menos importancia a estas prácticas sexuales que a la penetración? La penetración es otra forma de sexo, pero no la única! Quítate presiones u obligaciones de encima: que tu objetivo sea pasarlo bien y saborear cada segundo, con penetración o sin ella. La sexualidad, por suerte, es mucho más amplia que eso: acabaría siendo demasiado aburrido no tener más opciones. Por no hablar de los problemas que puede llegar a generar el hecho de percibir el coito como algo obligatorio en las relaciones sexuales.
Disfrutar de cada caricia y cada beso (dado y recibido) sin verlo como “algo por lo que hay que pasar” te ayudará a estar más relajado/a y a saborear el momento con más intensidad sin ninguna presión añadida. Si llega la penetración porque a los dos os lo pide el cuerpo, estupendo. Pero no es algo imprescindible para el disfrute sexual.
Te animo a que intentes concentrarte más en tu piel y en la suya, en las sensaciones que te provoca cada roce y en disfrutar todo el cuerpo de la otra persona. Dale la importancia que tiene al encuentro sexual desde el primer minuto, desde el primer roce intencionado. El sexo empieza ahí y acaba cuando el cuerpo queda exhausto, no importa si ha habido penetración o cualquier otro tipo de estimulación ha sido suficiente para llevarte a lo más alto.
No te dejes engañar: los preliminares no existen. Eso que llaman preliminares es sexo.