Causas de la disfunción eréctil

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La disfunción eréctil (o el famoso «gatillazo») es la disfunción sexual masculina por excelencia: es la disfunción por la que más hombres buscan ayuda profesional. Hace referencia a la llamada “impotencia sexual”. Se trata, en términos generales, de presentar dificultades para tener y/o mantener una erección lo suficientemente firme como para poder practicar la penetración de manera satisfactoria.

A pesar de que es una disfunción que por regla general puede esperarse que aparezca en edades avanzadas, lo cierto es que cada vez hay más gente joven que lidia con esta problemática. Entonces, ¿cuál es la causa de la disfunción eréctil?

Lo cierto es que no hay una respuesta cerrada a esta pregunta. Las causas pueden ser físicas y/o psicológicas. En cuanto a las físicas podemos estar hablando de enfermedades cardiovasculares, diabetes o consumo de sustancias o algunos medicamentos, por nombrar algunas. En este sentido, si hay dudas sobre el hecho de que la disfunción pueda derivar de una de estas causas, el primer paso para empezar a buscar la solución sería acudir al médico de cabecera o a un urólogo. Muchas veces la solución puede ser tan sencilla como ajustar o cambiar una medicación.

En otras ocasiones, puede que haya causas físicas que provocan de manera muy leve una disfunción eréctil, pero al entrar en juego los factores psicológicos la problemática se refuerza, se mantiene o incluso se agrava. Por este motivo, aunque el origen esté en cuestiones médicas, la mayor parte de las veces el tratamiento psicológico consigue una mejora notable en la satisfacción con la vida sexual.

Por otra parte, las causas psicológicas son, de hecho, el motivo por el que generalmente aparece la disfunción eréctil en gente joven y sana que no toma ningún tipo de medicación ni otras sustancias. Algunas veces la incapacidad para tener o mantener una erección ocurre por haber tomado unas copas de más, por estar demasiado nervioso en el encuentro sexual, por la preocupación de no estar a la altura o de no tener un buen rendimiento, por estrés o ansiedad, etc. La cuestión radica en que, cuando pasa una vez (lo cual es más frecuente de lo que se suele pensar),  si la persona empieza a preocuparse por si se repite en próximos encuentros, entrará en un círculo vicioso: “me ocurre, me preocupo y presto atención por si ocurre de nuevo, me vuelve a ocurrir, pienso que algo va mal y eso hace que me ponga tenso y que siga ocurriendo” y vuelta a empezar, en muchos casos, con unos niveles de ansiedad que van en aumento.

La buena noticia es que la terapia para la disfunción eréctil es altamente efectiva. Muchas personas se sorprenderán al saber que esta disfunción, sea cual sea la causa, TIENE SOLUCIÓN y la mayor parte de las veces es más rápida y sencilla de lo que se pueda esperar. Cuando las causas son físicas, el tratamiento psicológico y sexológico proporciona herramientas que facilitan la recuperación de una vida sexual satisfactoria, tal como ocurre en el caso de que las causas sean puramente psicológicas.

La disfunción eréctil es una de las disfunciones que, por norma general, menos tiempo de tratamiento psicológico y sexológico requiere. Si te encuentras en esta situación, no dejes pasar más tiempo para recuperar tu vida sexual y empezar a disfrutar de ella. Muy probablemente el camino sea más sencillo de lo que te parece.